El argentino que murió y revivió en un Mundial

Semanas atrás se vivieron momentos dramáticos cuando Christian ​​Eriksen, mediocampista del Inter y la Selección de Dinamarca, se desplomó en pleno partido por la primera fecha de la Eurocopa. La rápida reacción de compañeros, rivales y cuerpo médico salvaron al futbolista de 29 años.

El danés había sufrido un paro cardíaco y fue Morten Boesen, médico de la selección danesa, quien luego contó que el jugador “había muerto” antes de ser reanimado. Eriksen fue trasladado al hospital y minutos después las selecciones de Finlandia y Dinamarca reanudaron el encuentro.

Similar situación ocurrió en la Copa del Mundo de 1954 con el argentino nacionalizado uruguayo ​​Juan Eduardo Hohberg. La particularidad es que el histórico delantero de Peñarol “volvió de la muerte” para seguir disputando el partido.

Los Charrúas eran los vigentes campeones y querían revalidar su título. Jugaban la semifinal frente a Hungría y perdían 2 a 0 hasta que apareció el futbolista nacido en la provincia argentina de Córdoba para igualar el partido.

“Gol, goooool uruguayo, Hohberg, el león herido sacude su melena” relató Carlos Solé y no sólo se paralizó el corazón de los oyentes que lo escuchaban por radio sino que también se detuvo el del jugador.

Hohberg festejó como un uruguayo más abrazado a sus compañeros y cayó fulminado. El silencio se apoderó del estadio en Lausana. Carlos Abate, kinesiólogo de Uruguay, comenzó a reanimar al delantero: masajes cardíacos, respiración boca a boca y coramina oral, un medicamento que estimula las funciones vasomotoras y respiratorias, lograron revivirlo.

El encuentro terminó igualado y se vino el alargue. Para sorpresa de todos, luego de estar muerto durante varios segundos, Juan Hohberg volvió a jugar la media hora final con el seleccionado celeste, que llevaba una racha de 21 partidos invictos entre Mundiales y Juegos Olímpicos. No pudo ser: Hungría metió dos goles más en la prórroga y lleg​ó a la final frente a Alemania. Uruguay dejó todo y Hohberg hasta su corazón.